Renée Fleming, bellísima, haciendo la misma aria en la que habíamos escuchado a Natalie Dessay, Adieu notre petite table. La mesita es el símbolo de la pobreza en la que vivieron felices... pero Manon no está hecha para la pobreza, ama el lujo, la diversión, y casi sin admitírselo a sí misma ya decició dejar al caballero Des Grieux por un "mejor partido". ¡Y aún así, es tan bello como canta! De todos modos la Manon de Massenet/Meihac es mucho menos cínica, y menos creíble, que la de Puccini. ¡No importa, da lugar a una música tan hermosa!
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