domingo, 29 de agosto de 2010

Haendel, Serse, "Se bramate d'amar chi vi sdegna".

Serse, ópera de Georg Friedrich Handel (1685-1759) no fue en su momento un gran éxito. Fue estrenada en Londres en abril de 1738, en el King´s Theatre, Haymarket, y luego de cinco representaciones fue olvidada por unos... doscientos cincuenta años.

El libreto es muy muy complicado: para entender quién está enamorado de quién, quien no está enamorado de quien, quien odia a quien y quien engaña a quien hay que verla muchas muchas veces, y aún asi... Complicada como esas telenoveas de teenagers donde las historias se entreveran de un modo inextricable.

Eso no quita que está repleta de una música maravillosa. Acá va una aria de la ópera por mi muy amada Anne Sofie von Otter.

domingo, 22 de agosto de 2010

Salvatore Licitra y Nina Stemme cantan la escena final de Aida

Nombré el poder soberano y el poder del amor. Me faltó nombrar el tercer poder que interviene en Aida, el poder de la muerte. Si alguno de los tres finalmente triunfa... bueno, ustedes me darán su opinión.

jueves, 19 de agosto de 2010

Mario del Monaco canta Celeste Aida




Como en muchas otras óperas de Verdi, en Aida se cruzan la pequeña historia, la historia de los protagonistas, de sus amores, sus sueños, con la gran historia, la de la política, los ejércitos y los dioses. Y se enfrentan el Poder con el poder del amor. Es imposible decir si alguno gana.


Aida es esclava en Egipto, aunque princesa en Etiopía. Radamès, joven oficial la ama pero ¡ay!, Amneris, la hija del faraón, lo ama a él. Rival temible, pero impotente; dolida pero peligrosa.


En el recitativo Radamès canta su deseo de ser designado jefe del ejército y en el aria sueña dedicar el triunfo a Aida. De mi pensamiento sos reina, sos el esplendor de toda mi vida. El aria termina con el deseo de erigirle un trono cerca del sol. La esclava, reina. Canta Mario del Mónaco en Tokio, en 1961.

viernes, 13 de agosto de 2010

Così fan tutte: Ferruccio Furlanetto - Donne mie, la fate a tanti!








Guglielmo acaba de conquistar a Dorabella. Lo lamenta por Ferrando, pero está orgulloso de su seducción y de la fidelidad incólume de Fiordiligi. En ese momento canta esta magnífica aria, tan bien interpretada aquí por Ferruccio Furlanetto. La letra dice:


Mujeres mías,
se la jugáis a tantos que,
si os he de decir la verdad,
cuando se quejan los amantes
los empiezo a compadecer.
Yo aprecio a vuestro sexo,
lo sabéis,
y lo sabe todo el mundo,
cada día os lo demuestro,
os doy pruebas de amistad.
Pero eso de jugársela
a tantos y tantos
me llena de indignación,
en verdad.
Mil veces he tomado la espada
para salvar vuestro honor,
mil veces os he defendido
con palabras y aún más
con el corazón.
Pero eso de jugársela
a tantos y tantos
es un pequeño vicio muy molesto.
Sois hermosas, sois amables,
de tesoros os colmó el cielo,
y las gracias os circundan
de la cabeza a los pies.
Pero se la jugáis
a tantos v tantos
que no se puede ni creer.
Pero se la jugáis
a tantos y tantos
que si gritan los amantes
ciertamente tienen mucha razón.


La puesta es de Jean-Pierre Ponnelle (el mismo que hizo la puesta del Rigoletto que vimos, en la cual Sparafucile era Ferruccio Furlanetto), dirige la filarmónica de Viena Nikolaus Harnoncourt.



Come scoglio immoto resta












La historia se inicia en Nápoles, en un café donde se bebe y se juega a las cartas. Dos jóvenes oficiales, Guglielmo y Ferrando, están charlando con Don Alfonso, un amigo, hombre de mundo y "filósofo", de ese tipo de filósofos que produjo el siglo XVIII. Don Alfonso dice que la fidelidad de las mujeres es como el ave Fénix, todos hablan de ella pero nadie la vio. Los dos jóvenes replican que tanto Firodiligi como Dorabella, las hermanas de las que están enamorados, son ese ave Fénix. Entonces Don Alfonso propone una apuesta: si ellos, como soldados que son, hacen todo lo que él les diga durante un día, les va a demostrar que es él quien tiene razón.



Los dos jóvenes, que supuestamente fueron llamados al "campo de batalla" (y esto da lugar a una deliciosa escena de despedida) retornan disfrazados como dos ricos comerciantes Albaneses, y siguiendo las directivas de Don Afonso comienzan el asedio de las dos hermanas.



En esta aira, Fiordiligi echa indignada a los dos pretendientes. Temerari, sortite di questo loco! (Temerarios, ¡salgan de aquí!) comienza en recitativo, y en el aria dirá que su fidelidad y su amor son fuertes como una roca que permanece impávida ante los vientos y la tempestad. Un rato más tarde estará en los brazos de Sempronio, que no es otro que Ferrando, el novio de su hermana Dorabella.



Canta la muy bella Veronique Gens.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Così fan tutte, Soave sia il vento.

Fiordiligi y Dorabella lloran la partida de sus novios acompañadas por el cínico Don Alfonso. Música deliciosa y nostálgica. Pero nada en esta ópera es exactamente lo que parece, y nosotros, como expectadores, sabemos, al igual que Don Alfonso (el artífice de todo esto) que todo es una parodia, donde verdad y mentira se confunden hasta el punto de ser indistinguibles.¡Comedia!
Fiordiligi: Fiordiligi: Elisabeth Schwarzkopf, Dorabella: Christa Ludwig, Don Alfonso: Walter Berry. Orquesta y coros Philarmonia, dirigidos por Karl Böhm.

lunes, 9 de agosto de 2010

Una bella serenata.wmv


Esta temporada hasta el momento no ha sido muy pródiga en comedias y entonces con Cosí fan tutte va a ser la primera vez en el año que veamos una ópera en la que no muere nadie. O.K., hubo que esperar, ¡pero qué comedia! ¡Y las que nos esperan aún, otros dos platos fuertes que se llaman La cenerentola y Falstaff! Un festín.


Somos minoría, pero una minoría no tan ínfima, los mozartianos que consideramos que Così fan tutte es la mejor ópera de Mozart. Todo en ella es un disparate, pero un delicioso disparate que suscitó toda la censura del siglo XIX, es decir del romanticismo, que por supuesto prefirió absolutamente a Don Giovanni. ¡Y qué música, un flujo contante de música celestial! Por el momento no digamos nada de la trama, simplemente zambúllanse en esta música sublime. Se las regalo en una versión histórica, grabada entre 1934 y 1935 en el festival de Glyndebourne, que con esta obra en esta versión inauguraba su magnífica historia. Dirige el genio de Fritz Busch, cantan como Ferrando Heddle Nash, como Guglielmo Willi Dongraf-Fassbänder y como Don Alfonso John Brownlee. Es un trío (sí, Così fan tutte está casi llena de esos increíbles conjuntos mozartianos, dúos, tríos, cuartetos... ¿por qué creen que les dije que era mi favorita?) que se llama Una bella serenta.

lunes, 2 de agosto de 2010

Renee Fleming - Manon - Massenet - Ah! Des Grieux!

Otra vez Renée Fleming, esta vez con el Cordobés Marcelo Álvarez, en el último acto de Manon. A diferencia de lo que sucede en el libro del abate Prévost, y de la ópera de Puccini, la Manon de Massenet no llega a América, muere antes de partir, en Le Havre. ¡Pero qué dulce morir así!

Esta Manon es una opéra comique, pero eso no quiere decir una ópera cómica (aunque tenga algún rasgo de humor), sino que es una ópera que tiene partes habladas (la mayoría con acompañamiento orquestal). Es que ese era el estilo de las óperas cómicas en Francia, Alemania e Inglaterra, donde no había recitativos. Cuando en Francia se empezó a usar el mismo procedimiento en óperas serias el término desplazó su sentido... lo que siempre sucede con las lenguas, para felicidad de los poetas y desesperación de los lógicos.

Renee Fleming - Manon - Massenet - Adieu notre petite table


Renée Fleming, bellísima, haciendo la misma aria en la que habíamos escuchado a Natalie Dessay, Adieu notre petite table. La mesita es el símbolo de la pobreza en la que vivieron felices... pero Manon no está hecha para la pobreza, ama el lujo, la diversión, y casi sin admitírselo a sí misma ya decició dejar al caballero Des Grieux por un "mejor partido". ¡Y aún así, es tan bello como canta! De todos modos la Manon de Massenet/Meihac es mucho menos cínica, y menos creíble,  que la de Puccini. ¡No importa, da lugar a una música tan hermosa!