miércoles, 20 de julio de 2011

Amor cortés, mística y Wagner



Denis de Rougemont (1906-1985)

Denis de Rougemont, el autor de El amor en occidente, enumera varios temas comunes a los trovadores que cultivaban la práctica del amor cortés (esa filosofía del amor que floreció en Provenza en los siglos XI y XII) y los místicos ortodoxos, y que como podrán ver están todos presentes en el texto de Tristán e Isolda de Wagner.

- Morir por no morir.
- La "quemadura suave".
- El "dardo de amor" que hiere sin matar.
- La "salvación" del amor.
- La pasión que "aísla" del mundo y de los seres.
- La pasión que empalidece todo otro amor.
- Quejarse de un mal que sin embargo se prefiere a toda alegría y a todo bien terrestre.
- Lamentar que las palabras traicionen el sentimiento "inefable" y que sin embargo hay que decir.
- El amor que purifica y aleja todo pensamiento vil.
- El querer del amor sustituyéndose al querer propio.
- El "combate" de amor, del cual hay que salir vencido.
- El simbolismo de los "castillos", remansos del amor.
- El simbolismo del "espejo", amor imperfecto que reenvía al amor perfecto.
- El "corazón arrebatado", el "entendimiento embelesado" , el "rapto" del amor.
- El amor considerado como "conocimiento" supremo.

domingo, 17 de julio de 2011

Dialéctica del deseo versión siglo XII


El poeta anglo-normando del siglo XII Tomás de Inglaterra, del que prácticamente nada se sabe, escribió una de las primeras versiones conservadas de Tristán e Isolda. En su poema Tristán se casa, cuando debe separarse de Isolda, con otra Isolda, "la de las blancas manos". Una vez casado con esta segunda Isolda (el poeta nos dice que Tristán no hubiese aceptado una mujer con otro nombre ni una mujer que no fuese bella) es legalmente suya, pero lejos de alegrarse esto aumenta su dolor. Escribe Tomás:
"Jamás [Tristán] hubiese menospreciado el bien que tiene si no hubiese sido el suyo: su corazón sólo siente aversión por la felicidad que está forzado a tener. Si se la hubiesen negado, se hubiese lanzado a su búsqueda, pensando siempre encontrar algo mejor, porque no ama lo que tiene... Así le ocurre a mucha gente. En cuanto a amargos deberes de amor, angustias, pesadas penas y tormentos, lo que hacen para sustraerse de ellos, por liberarse y vengarse de ellos los somete con un lazo más inextricable todavía. Deseos irrealizables, imposibles ansias los conducen a que todo lo que hacen en su desamparo irrita su amargura... Aquel que tensa todos sus deseos hacia una felicidad inaccesible, ese pone su voluntad en guerra con su deseo".
¡No inventamos nada!