Don Giovanni, ossia il dissoluto punito. Don Juan, o sea el disoluto castigado, es el nombre del dramma giocoso, la segunda de las tres óperas que crearon Mozart y Da Ponte. Antes Las bodas de fígaro, después Cossì fan tutte. El consenso general se inclina a considerar a Don Giovanni la cumbre de las tres, la "ópera de las óperas" la llamaba nada menos que Richard Wagner (alguien que ciertamente tenía autoridad para hablar de ópera). Mis preferencias están repatidas entre las otras dos, particularmente me inclino por Così fan tutte, que tendremos el gusto de ver más adelante.Dramma giocoso, si bien dicen los estudiosos que tenía en la época el sentido de comedia, si lo tomamos literalmente se presta perfectamente para caracterizar esta ópera, que teniendo mucho de comedia, no deja de ser finalmente un drama.
Todo en ella gira al rededor de la fasciante figura del Don Juan, el seductor, el blasfemo, el burlador, ¿el enamorado de las mujeres? No creo, en mi opinión Don Giovanni sólo ama su catálogo, aquel en el que va anotando sus conquistas, que ya superan las mil ochocientas.La ópera arranca con una de las piezas más hermosas e impresionantes de Mozart, la obertura, que nos hace escuchar desde el comienzo la música de la última escena, aquella en la cual el il Commendatore que asesinó al inicio viene a buscarlo.
En el archivo adjunto va en la versión de Wilhelm Furtwängler dirigiendo la orquesta filarmónica de Viena en le festival de Salzburgo de 1949. El régiseur para esa puesta de Don Giovanni fue Herbert Graf, al cual los psicoanalistas conocen como Juanito, un chico con fobia a los caballos cuyo padre, el musicólogo Max Graf era uno de los asistentes de la sociedad de los miércoles.
Jorge.
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